Antes eran fantasías pero hoy en día es realidad.
Tengo un parido buena persona y trabajador, pero tiene una pilila ridídula y es incapaz de darme placer, por lo que aprovechamos (sí, digo en plural) cualquier oportunidad para que yo no tenga mi rato de placer merecido con el hombre que yo elija.
Pero un dia se me ocurrió una perversidad. Quedamos como siempre en que yo me iba a buscar mi amante cuando le dije, de acuerdo, pero tú le vas a comer la polla a mi amante.
Y así fue, nunca olvidaré su cara de poker. De namón diría yo.